Diana llegó a la televisión en el 2005, mientras realizaba sus estudios en la Universidad San Francisco. Empezó conduciendo una revista familiar para Quito, un programa de playa y también de fútbol, hasta que en el 2008, al culminar su carrera, regresó a Guayaquil y se concretó la propuesta de formar parte del equipo de noticias de Teleamazonas. Ella no se achicopala al reconocer que comenzó desde abajo. “Salía con los reporteros, veía como realizaban su trabajo, me sentaba junto a ellos e iba a las editoras con ellos, para ver todo el proceso, y de ciertos temas tomaba el cassette y hacía el mismo proceso pero con mi firma. Así me di cuenta que, de lo que había hecho en televisión, esto era lo que me gustaba… y poco a poco fui haciendo mis reportajes para el noticiero local con la ayuda de todos”, recuerda. “Luego hubo la propuesta del noticiero estelar y sin pensarlo dos veces me comencé a preparar, una gran responsabilidad… pero ahora luego de 3 años 6 meses en el noticiero y 4 años como reportera, me alegra haber tomado esta decisión”, afirma Diana.
Feliz, orgullosa de sus logros y su carrera, y mucho más aun de sus logros en el plano personal, la vida le sonríe en todos los aspectos. Felizmente casada, mamá de la bella Agustina, de dos años, y a la espera de su segundo hijo, Diana es el ejemplo del equilibrio y de la mujer de hoy.
Su mayor fuente de felicidad es su familia y su inspiración más grande, sus hijos. Con varios temas sobre la mesa, empiezo con algunas curiosidades que tengo desde hace tiempo acerca de ella.
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